Por: Leticia Mejuto Sheila Fernández Cristina González
INTRODUCCIÓN
Cada vez que se emite un anuncio prácticamente podemos asegurar que una mujer está siendo utilizada, ya sea como principal consumidora o simplemente como objeto/icono.
Las subjetividades del siglo XXI identifican a la mujer como objetos observados, controlados y definidos.
ESE OSCURO OBJETO DE DESEO
Actualmente se ve a la mujer como un ser pasivo, con más carga sexual que social y con la clara finalidad de “ser para otros”
EL ANIMAL MÁS BELLO
Otro tratamiento en la publicidad respecto a la mujer es aquel en el que aparece desnuda en un entorno natural paradisíaco; mientras que el hombre se relaciona con lo social, lo elaborado y la técnica.
En la publicidad, la imagen del menor aparece como una fruta joven y apetecible, cargada de sensualidad y erotismo.
Hoy en día la delgadez y la estética son sinónimos de éxito social.
¿ESPEJO DE LA REALIDAD?
La publicidad pretende dar una imagen de la realidad, relacionando a la mujer con el ama de casa feliz y muy cuidada estéticamente, incluso fregando, pero las mujeres lógicamente no se sienten identificadas con dicho papel.
CONCLUSIONES
La publicidad utiliza la seducción como fin del anuncio, produciéndose así una identificación de las características del producto con las del consumidor.
Finalmente podemos concluir que la publicidad puede seguir generando este tipo de imágenes porque las asumimos y nos son útiles.
publicado por: Marcela Escobar
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